Wu Zetian

Wu Zetian
Emperatriz china; empezó de concubina y acabó de emperatriz. Casi como nuestra Leticia.

viernes, 30 de marzo de 2012

Cuotas

El Parlamento Europeo, en el marco internacional del dia de la mujer, que hay quien considera estúpido, casi de la misma manera que les molesta el día del Orgullo gay ("si quieren normalidad ¿por qué se montan en carrozas con tangas en la cabeza y sin sostenes?" Argumentan conscienzudamente esa gente. "Yo ya creo que son iguales que el resto", continúan, "no hace falta" -a veces se atreven a añadir que no hay un día del orgullo hetero- . Aún y así sube un gobierno de centro derechas y las leyes que se reforman hacen referencia al matrimonio homosexual y al aborto de las mujeres. Además, cuando es el día internacional del cancer nadie se dedica a decir: ¿Sí claro, pero y cuando habrá el día de la nefritis aguda?) pues bien, en el día internacional de la mujer el parlamento europeo ha considerado que quizás deba ponerse más duro para con las brechas salariales y las cuotas de poder entre varones y mujeres. Han calculado que al ritmo evolutivo en el que actualmente avanzamos tardaríamos 40 años a alcanzar cuotas significativas, que no equitativas, de mujeres al poder. La vicepresidenta de la comisión, muy digna, ha dicho que es momento de pasar a la acción y han trazado un plan de cuotas que pretende impulsar que el más del 60% de la gente titulada universitaria ocupe al menos, en 2020, un 40% de los cargos de poder -en empresas, en política y demás- Habrá quien considere, como siemre, que es esto injusto, ya que no debería tratarse de varones o mujeres sino de personas capacitadas. Pero no nos engañemos. El patriarcado y nuestra educación nos condicionan altamente a la hora de decidir quien trabaja o no en nuestras empresas y a la hora de preconceber la potencialidad de la persona que queremos contratar. Los tópicos y prejucios que rebozamos -"naturalmente las mujeres son...y es que no lo pueden evitar, porqué los hombres son así."- a parte de la carga reproductiva que aun sufre la mujer, quiera o no, sea verdad o no (una mujer de unos trenta años de edad será considerada menos apta para el puesto aunque ella, en realidad, no quiera tener críos o, aunque ella, en realidad, pueda combinar sin menoscabo de ninguna de las dos actividades el empleo con el cuidado de niños y niñas) hacen que ellas, aunque puedan ser personas altamente preparadas, capacitadas y potentes, no sean candidatas a ocupar dichos lugares.

Por otro lado, otro objetivo de este plan, que no se ha firmado aun y que va para largo, ya que muchas voces se alzan en contra de los planes de cuotas -todo aquello que propugne una feminización de la sociedad provoca alergia a ciertos sectores y personal- es reducir la brecha salarial del 17 al 7%. La brecha salarial no es esto de que un varón y una mujer cobren diferente por realizar el mismo trabajo, hecho que escandaliza a todo el mundo y que es una prioridad en todos los planes de las personas a las que les cuestionas su manera de hablar -¡Cómo te centras en si yo digo hombre en lugar de ser humano cuando aun hay mujeres que cobran menos por hacer el mismo trabajo! A lo que yo pienso que voy a dedicarme a robar y cuando pretendan detenerme les voy a decir -Pero como te centras en detenerme a mí si hay un montón de corruptos y corruptas, y asesinos y asesinas, y gente que roba más que yo!- la brecha salarial es que hay sectores laborales feminizados que son los que más sufren la crisis y los peor pagados, además que las medias jornadas o jornadas partidas también son ocupadas mayoritariamente por mujeres y que muchos trabajos socialmente poco valorados son ocupados por las féminas de nuestra población. La diferencia salarial realizando un mismo trabajo ha bajado drásticamente en estos últimos años. Sin embargo, la brecha salarial es más dificil de atacar. Se trata de la educación que recibimos -donde nos lleva- se trata del peso de la reproducción -que aun se atribuye y soportan las mujeres- se trata de la concepción social de la mujer -para qué vale y para qué no- se trata, básicamente, de nuestra sociedad patriarcal, machista y falocéntrica. Se trata de todos y todas. Y sí, se trata del lenguaje también.

Personalmente veo muy bien que se obligue a que el sesenta por ciento del alumnado universitario ocupe almenos un cuarenta por ciento de los lugares de poder y que se quiera educar en la igualdad. Es el contrato social de Rousseau, que quería que aquello que naturalmente era injusto o desigual fuera equilibrado y justo gracias a las reglas sociales. Sin embargo, señoras y señores, cuando él -Rousseau- hablaba de los derechos de los ciudadanos, no pensaba en las mujeres .Los derechos del hombre eran los derechos del hombre. Por ello, una voz que nadie escucha ni admira ahora suficiente, tuvo que hacer su propio manifiesto. Olympe de Gouges, con los derechos de la mujer, es quien me dio a mi los derechos humanos y me permitió conceber la posibilidad de ser alguien y no una costilla. Por ello le doy las gracias.

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