Wu Zetian

Wu Zetian
Emperatriz china; empezó de concubina y acabó de emperatriz. Casi como nuestra Leticia.

martes, 10 de abril de 2012

El cuerpo de Simone de Beauvoir o...Simone de Beauvoir al desnudo.


En el centenario del nacimiento de Simone de Beauvoir, la revista francesa del Observateur ha publicado, en portada, una foto de la mujer desnuda delante de un espejo peinándose. Fue tomada por su amante norte americano de Estados unidos Nelson Algren. Muchas asociaciones feministas y demás han atacado esta objetivización de la filósofa, que en lugar de ser presentada como una intelectual -al igual que las miliones de fotos de rostros de varones cuyo centenario se completa ese año- es presentada como cuerpo, como sensualidad. La revista se ha excusado argumentando que a la mujer no le importaba esa instantánea, que de hecho era consciente y voluntaria, y que demuestra lo que sería la provocación y la transgresión que supuso para la sociedad de la época una filosofía corporal y sexual como la suya.

Tanto en el hecho de decidirse por dicha fotografía como en las quejas que ésta ocasiona se confunden e interrelacionan multitud de conceptos. El primero es que por algun tipo de razón debemos separar lo que es ideas y cuerpo o vida y sexualidad, como si las personas pensáramos a momentos y folláramos a otros, como si de dos vidas distintas se tratara. Yo pienso algo y ese algo no tendrá relación alguna con mis experiencias sexuales y como cuerpo. El hecho, por ejemplo, de que el físico de Virginia Woolf con su nariz fuera de alguna manera condenado o señalado socialmente no debería tenerse en cuenta a la hora de entender por qué piensa una como piensa. O que Oscar Wilde fuera homosexual no debe tenerse en cuenta a la hora de valorar su trayectoria, su sátira y su ironía. Porqué ser homosexual no condiciona para nada las opiniones de uno y una, y por respeto a la intelectualidad del o la autora debemos olvidar la sexualidad de las personas porqué les deslegitima. Eso que se lo digan a Foucoult, que ocultó su verdadero rostro durante tantísimo tiempo. Es decir, las acusaciones de feministas al decir que se vilipendia la intelectualidad de Beauvoir porqué se la presenta como sujeto (ellas dicen que objeto. Pero objeto es aquello que sólo es mirado y no mira. Aquella que es considerada sexy pero no siente deseos sexuales. Y en la fotografía adjuntada se ve claramente que la mujer no se siente ni es un objeto)  sexual, como cuerpo, y no como intelectual parecen presuponer que la sexualidad de la autora y la extraña y libertaria relación que tuvo con Sartre y con Algren a sus 44 años, o las diversas alumnas con quienes "obligatoriamente" - cuando escribía a Sartre contándole que había quedado o iba a quedar con alguna de sus alumnas para tener un encuentro, entre otras cosas, sexual, lo pintaba como si alguien la obligara a quedar con ellas, como si en realidad ella no quisiera. Pero repetía- se veía no influyeran o no fueran frutos de su lógica, de su ideología y de su pensamiento. Pienso que es una equivocación el creer que las dimensiones ideológicas no tienen nada que ver con el cuerpo y la sexualidad, igual que también sería absurdo creer que el hecho de nacer marqués como Sade o huérfano como Rouseau no afecta a sus vidas y a su manera de entender el mundo. Ser monja o ser puta condiciona la visión de la vida que vas a tener, igual que muestra qué manera tenías d eentender el mundo antes de convertirte en monja o en prostituta. La intelectualidad no es una idea pura que pasa por encima de la propia experiencia vital, el cuerpo y la sexualidad. En general repudio profundamente por misógina y jerarquizadora la teoría confucionista, pero en este sentido me parece aprovechable ya que el hombre consideraba que el conocimiento no era algo solamente teórico sino que también era vital. que aquello que uno o una aprendía se aplicara, y que de aquello que una o uno aplicaba se aprendiera. Asimismo creía que el conocimiento se adquiría siempre, a lo largo de toda la vida. Así, pienso yo, mostrar el cuerpo de Simone de Beauvoir en una escena erótica y sensual realmente no la deslegitima como filósofa e intelectual sino que de alguna manera puede contribuir a mostrarla en su totalidad. 

Otro concepto que se maneja evidentemente en la revista y la publicación de la fotografía es cómo vende el sexo y cómo vende la vida sexual y emocional de las personas. En el interior de la revista no se habla de la Beauvoir reinvicativa y feminista sino sobre su concepción de pareja, su relación abierta con Sartre y su bisexualidad extraña. Porqué si bien se conoce como aquella que abrió una rama del feminismo francés totalmente imprescindible e increible, con su magistral libro del Segundo Sexo, interesa más, comercialmente, su vida sexual. ¿Quién era, más allá de todas las letras  impresas, ésta mujer? Pero también de Rimbaud interesan sus amoríos con Varlaine, y si uno le disparó y el otro le perdonó. Y de Oscar Wilde, y de Sade, y de todo el mundo. La vida sexual de las personas interesa. Cierto es que no la priman quizás en sus respectivos centenarios. O no siempre. La verdad es que creo que aquellas personas que tuvieron la tipica monogámica hetero centrado falocéntrica relación hipócrita no interesa a nadie. Pero la gente extraña, las mujeres que escaparon con sus amantes, las que se prostituyeron por gusto, las que se vendieron, los gais, las relaciones tormentosas...allí donde haya chicha en materia sexual...ahí que se va a promocionar el personaje. 

Personalmente pienso que la intelectualidad de Simone de Beauvoir y su aportación al feminismo es indudable. Yo ya he leído su segundo sexo y yo, que no admiro casi a nadie, ya la he puesto en un pequeño pedestal que miro en momentos de crisis. Pero no sólo la admiro por aquello que escribió. La admiro por quien fue. Porqué amo y se enamoró, y experimentó y fue libre de corsés y de tópicos y represiones sexuales. La admiro porqué fue diferente, porqué fue única e interesante. Y no sólo en sus textos, claro está. Sus textos vienen de ella igual que de ella vienen sus decisiones sexuales y corporales y vitales. 

La imagen que presenta la revista y que no conocía me parece maravillosa. Bonita. Sensual. Íntima, provocadora e inocente. Es una imagen. Es ella y es un momento. Es su totalidad y es parcial. Simone de Beauvoir no necesita que reproduzcan su rostro ni repitan sus ideas. Ella ya tiene y ya se ha hecho un nombre.


1 comentario:

  1. Quiero decir, que claro que se deben transmitir sus ideas, pero que el hecho de que hablen sobre su sexualidad no es ir en contra de su intelectualidad. Ella es a pesar de todo.

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