Wu Zetian

Wu Zetian
Emperatriz china; empezó de concubina y acabó de emperatriz. Casi como nuestra Leticia.

martes, 15 de octubre de 2013

Los derechos del hombre y sus pollas

El debate de las Femen está aquí:

Feministas que están en contra, feministas que están a favor, feministas que no saben qué opinar, gente de la calle que las critica, gente que las admira, tios que babean y la cara de Gallardón, la bendita cara digna de puñetear de Gallardón cuando es interrumpido por unas extranjeras gritando "Aborto es sagrado" (que digo yo que habrían podido escoger un eslogan más efectivo, aunque está claro que lo efectivo en ellas tampoco es el eslogan)

Personalmente creo que Femen nació en un contexto y unas circumstancias determinadas. El desnudo como forma de revindicación no es nuevo en absoluto y el discurso con el que ellas lo justifican tampoco es demasiado criticable: apoderarse del cuerpo que el patriarcado les ha sustraído. Bien.

El problema viene cuando las mujeres que no tienen un cuerpo determinado no se unen a esta protesta porqué no se sienten capaces de desnudarse y enseñarlo a todo el mundo. Se dirá que son libres de apuntarse a Femen y que no se excluye a estas mujeres del movimiento: no de manera evidente pero implícitamente su forma de lucha excluye a una parte de las mujeres. Y si no que miren quiénes están entre sus filas. Un ejercicio de reflexión deberían hacerlo. ¿Qué está haciendo mal el movimiento en el que milito si todas sus integrantes son jóvenes y guapas y las que no son jóvenes y guapas ni se plantean poder participar en él?

Si no leo lo que pone y me dicen que anuncian una discoteca me lo creo



Por otro lado el discurso propio y las bases de un movimiento están muy bien (reapropiación del cuerpo, hacer del cuerpo no un objeto al servio de los hombres sino a mi propio servicio, etc.) pero hace falta mirar qué pasa en esta sociedad: el mensaje que están dando al mundo es que si eres mujer y quieres revindicarte la única forma de salir en las portadas y de que se hable de lo que pides es sacándote la camiseta. Personalmente me niego. Me niego porqué es sexista. Cuántos derechos masculinos se han conseguido enseñando pollas? Porqué yo, para que se respete mi cuerpo y derecho a decidir, debo faltarme al respeto obligándome a sacar las tetas ya que si no, en esta sociedad patriarcal, nadie me escucha? No me da la gana.


Femen, en un contexto de laboratorio está muy bien. En la realidad, tristemente, nos muestra en qué sociedad estamos: en una en que miles de personas un 28 de setiembre a la calle consiguen tristes esquelas en los periódicos si es que las consiguen y tres pares de tetas publicitan el tema y lo ponen en portada. Teniendo en cuenta que se está reivindicando lo mismo el fallo que cometimos aquellas que nos manifestamos el 28S fue el de ir vestidas. Pero yo, como soy feminista y no me da la gana de dar a la sociedad patriarcal lo que ésta quiere, no me desnudaré para revindicar mi libertad -a no ser que esté revindicando la libertad de desnudarme, por supuesto- .

Así que Femen, al saber qué tipo de mujeres son sus militantes -modelos concretos de mujer- y que son sus tetas las que las llevan a las televisiones de todo el mundo y no sus principios quizás deberían replanteárselo.

lunes, 19 de agosto de 2013

Mujeres que corren

El deporte y las mujeres siempre han tenido una relación dificil: la constancia, el ejercicio duro y la "deformación" física que requieren ciertos deportes no contribuian a que socialmente fuera bien visto que las mujeres lo realizaran. Así, las espaldas de las nadadoras no son vistas como algo bello, los brazos de las que levantan peso son masculinos, el futbol femenino, como dicen, "no es futbol y no es femenino" y el boxeo femenino es poco menos que el diablo: ¿una mujer que pueda pegar mucho mejor que la gran mayoría de varones y sea capaz no sólo de defenderse sino de contraatacar? al infierno. 




Sin embargo, aquí estamos. El año 2012 fue el primer año en que todos los países tuvieron alguna representante femenina en los juegos olímpicos, aunque fuera bien tapada y bien marginada detrás de todos los valientes y legítimos varones. Fue la primera vez que el boxeo femenino pudo contemplarse como deporte olímpico y también la primera vez que una selección -Estados Unidos- presentaba un mayor número de porcentaje de féminas que de varones. A España las medallas se las dieron las mujeres y las mujeres superaron marcas que nunca antes habían sido superadas. Las musulmanas consiguieron jugar con un pañuelo que se desprendía de su cabeza en el caso en el que fuera conveniente y, aunque se continuó haciendo listas de las "más guapas", las entradas más caras fueron las de volei playa femenino y demasiadas veces pesaba más el físico que las capacidades físicas de ellas en la premsa y los periódicos podemos decir que fue un paso adelante, una victoria, algo a celebrar.

Los cánones de belleza femenina pueden prescindir de la realización de deporte alguno. No se requiere de ellas fuerza, agilidad, rapidez o habilidad física alguna (lo demuestran los altos tacones, los incómodos corsés o las peligrosas minifaldas) aunque puede llegar a valorarse alguna de las características que algún deporte proporciona a quiénes lo realizan -como el baile (sobre todo si tiene fines eróticos) el tenis (siempre que se vaya con minifalda) o la gimnasia (lo que debe ser follar con una tia tan elástica)- y, sin embargo, cada vez más veo a más mujeres que recorren la diagonal de Barcelona sudadas mientras resoplan para superar los 30 minutos que tardaron el día anterior en hacer esos dichosos 6 quilómetros. Las mujeres de a pie, como las de las altas esferas deportivas, están moviendo el culo para generar las endorfinas que una buena sudada proporciona al cuerpo. 


Es cierto que los cánones sociales no han cambiado demasiado. Continúa sin valorarse el deporte femenino. Mireia Belmonte decía, al ganar la medalla de oro, que todos los gastos de hotel y demás los tuvieron que sufragar ellas mismas. Ni siquiera tenían un equipo técnico que las apoyase. Decía que el color de pelo de cualquier héroe moderno del fútbol es más importante que el hecho de que sea la primera mujer a bajar de los ocho minutos. Y es que, admitámoslo, el fútbol masculino no es el rey de los deportes: es el dictador (aunque a veces me cueste encontrar las diferencias entre uno y el otro, más en nuestro país). 

Soy optimista en este sentido. Si después de una socialización feroz que no incentiva a las mujeres a pretender conseguir ganarse la vida con el deporte ni aspirar a ser importante en este sentido ni a basar su salud y su aspecto físico en la fuerza y el poder de un cuerpo entrenado que de débil y desprotegido y necesitado de un macho tiene poco, hay mujeres que des de lo alto luchan y sacan de si mismas no sólo el colosal esfuerzo sino también el dinero para llegar a ser las mejores y des del nivel popular cada vez más hay más mujeres que corren en cursas, que juegan a basquet y que montan equipos de fútbol femeninos no puedo sentir más que una alegría salvaje. Las mujeres se están revelando, heroínas diarias que sobresalen entre la maraña, valientes luchadoras. No tengo más que palabras de agradecimiento y ánimo. No sólo están siendo un referente para todas en el deporte nacional: cada niña que pasea con su cochecito de bebé rosa por la diagonal puede sentirse interpelada por el sudor de esas mujeres que después del trabajo, de la família o de un día de descanso absoluto se ponen unas zapatillas y corren. Y corriendo se alejan de los tópicos, de las barbies, de la cadena social que las ata a la belleza de los zapatos de tacón y los escotes pronunciados. Corriendo pueden llegar a alcanzar una mínima parte, una pequeña porción de una libertad que la sociedad les había robado.  

martes, 13 de agosto de 2013

El feminismo que ríe

Hoy me he encontrado un artículo que habla de las humoristas mujeres. Este artículo me ha recordado el comentario de una amiga que me sugirió que tratara los temas feministas con un poco más de humor. El problema es que cada vez que lo intento me sale esa ironía que en lugar de graciosa da un poco de miedo. Como cuando algunas personas se ríen de alguna cosa de si mismas con ese humor negro y un tanto perturbador que más que ganas de reírte da ganas de correr o de esconderte. Ese momento en el que haces un "je je" mientras vas retrocediendo poco a poco y sigilosamente esperando encontrar una mano amiga a la que aferrarte para huir porqué no sabes muy bien qué decir ni cómo tomártelo. Sí, me he dado cuenta que después de todos estos años de feminista, viendo el mundo como es y sabiendo qué pasa, aún tengo la capacidad de indignarme y entristecerme cuando veo algunas actitudes. Se me pone un no sé qué en el estómago y me indigno. Y hablo desde esta indignación. "Indignaos!" pedía Stéphane Hessel en su libro y, efectivamente, mientras lo leía me indignaba cuando veía que no tenía perspectiva de género y que su lenguaje era sexista. 
Así, me produce un malestar enorme cuando alguién habla de mí en masculino porqué prioriza la persona que va conmigo y tiene polla; no puedo callarme cuando en invierno veo alrededor de las discotecas a chicas medio desnudas que se han creído que deben mostrar su cuerpo y cosificarse para ser aceptadas por los machos -aunque el termómetro marque bajo zero- y me da pena y entristece ver que la condición de esclava viene de la mano, como ya dijieron las feministas australianas en su momento, de una alma de esclava; me molestan las publicidades, los machismos diarios, las actitudes de la gente; me hierve la sangre al ver cómo de invisibilizadas están las mujeres en los currículums escolares; los tópicos y los argumentos cientos de veces repetidos en las discusiones con la gente me hacen dar cuenta de cómo de fondo han llegado los mensajes culturales machistas y en lugar de tomármelo cómicamente y hacer broma tengo ganas de gritar fuerte y a veces de pegar; 

Soy consciente que con humor el mensaje se lubrica y penetra más fácilmente las estrechas miras de muchas personas pero yo me alineo más con esas feministas que boicotearon el certamen de miss universo en Londres con pancartas que decían: "No somos bellas, no somos feas; estamos cabreadas" y después pusieron una bomba en una furgoneta de la CNN. Sí, soy más de bombas que de bombos. No puedo evitar que me indigne la situación. No callaré nunca delante de aquello que me parezca sexista. No lo toleraré. Esté dónde esté y sea quien sea la persona que esté siendo sexista. No soy una feminista amargada (aunque puede ser que amargue a veces a ciertas personas por mi insistencia en no dejar pasar ni una); soy una feminista cabreada. Es muy distinto. El cabreo mueve energías y personas; la amargura es un camino directo a una muerte que no impide respirar, comer y cagar. 

Admiro a las mujeres y a los varones feministas que pueden hacer humor de ello; que pueden reírse de ello; que saben tomárselo bien; que saben transmitirlo así, con más humor y menos agresividad; las admiro y son totalmente necesarias e imprescindibles. Queremos a más mujeres así. Necesitamos a más mujeres así. Seguro que podré aprender a relativizar y a reirme un poco de todos estos temas gracias a estas personas.

De mientras, sin embargo, pasaré del discurso incendiario al crítico, del irónico al cínico, del indignado al desesperado olvidando el humor, las bromas y las risas ya que, por suerte, hay mujeres cómicas y humoristas que saben cómo hacerlo. Y yo aún tengo mucho que aprender. 

viernes, 14 de junio de 2013

Mujeres de plástico...los mitos de la regla

Llevamos toda una vida escondiéndonos, como si hiciéramos algo mal. Toda una vida sonrojándonos y hablando de "esos días" o de "cosas de mujeres". Pues no, señores y señoras: siempre ha sido la regla, la menstruación, esa sangre que puede provocar muchas cosas o dejarte indiferente. Porqué hay mujeres que una semana antes sienten que en lugar de pechos tienen cántaros, y otras que lloran al ver una tontería que las dejaría igual si no tuvieran una revolución hormonal que las alterara. Hay mujeres que sienten dolor menstrual, un dolor que las doblega y las pone de mal humor. Pero cómo no tener mal humor si tienes dolor? Un dolor que no puedes controlar? Hay otras que sienten ligeras molestias y están las más suertudas para las cuáles sólo significa sangrar. A una parte la regla les es regular y les dura pocos días. A otra parte las vuelve locas viniendo y marchando aleatoriamente. Sí, la regla, aquella sangre que mancha las bragas de las mujeres en edad de reproducción que están sanas. Su ausencia sólo puede significar o que bien ya no eres reproductiva o que no estás sana. Por ello no debería ser un tabú ni una gran desconocida. Los estereotipos falsos que la rodean quizás no serían tan populares: una mujer puede estar de mal humor porqué tiene la regla o porqué la persona de delante suyo es una gilipollas a la que no soporta. La regla la tenemos las mujeres pero no es cosa de mujeres: es cosa de personas. El ser humano se caracteriza por ser fértil todos los meses y todas las épocas del año, cosa que se evidencía con la regla. Así que los seres humanos somos como somos y hemos llegado donde hemos llegado gracias a esta regla que intentamos constantemente esconder, invisibilizar.


 Esa regla que nos altera, nos averguenza, nos inquieta. Esa regla que hace que cada vez que nos levantemos miremos compulsivamente si hemos manchado. Porqué sería poco menos que una transgresión el hecho de permitir que esa sangre impura se visibilice, se deje notar. Debemos tenerla en silencio, sin que nadie lo sepa, sin que nadie lo nota. Y si alguien se entera de que la tienes porqué el dolor o la alteración hormonal te incitan a gritar o a estar más suceptible es que eres una histérica, una mujer; inestable, con quien no se puede confiar, ligada a la naturaleza, fuera del dominio de la razón, una esclava de la especie. Pues saben qué? probablemente sea la ignorancia de los varones que nos rodean, los estereotipos y tópicos que la aprisionan lo que nos pone nerviosas. Quizás solo se trate de escuchar lo que pasa, ,lo que es. Cuándo alguién que no la tiene ha querido escuchar lo que pasa y lo que siento ha podido comprender de qué se trata. Al fin y al cabo no tengo polla y puedo entender lo que se siente cuando te patean los huevos. No es difícil comprender que se mueran del dolor y no es criticable que así sea. Nunca pensaré que son más vulnerables porqué una parte de su ser está así de expuesta. Más que nada porqué los genitales exteriores de los hombres, a diferencia de las ratas, cumplen una función que nos ha hecho ser quiénes somos. Qué culpan tendrán ellos que una patada allí les deje KAO.

Las mujeres no cagamos, no nos tiramos pedos, no tenemos pelo, no sudamos, no nos huelen los pies y el coño huele a rosas (o a pescado), no tenemos la regla, no parimos de manera real (dónde quedan en las representaciones de los embarazos las estrías, la celulitis, los pechos hinchados y enormes, la placenta, la mierda que cagas al distenderse todo al parir, la sangre post parto, la flacidez post parto, etc.)... las mujeres somos como plástico, como una muñeca... somos barbies, sonrientes personas siempre dispuestas a complacer las fantasías masculinas, siempre dispuestas a ser amables i dispuestas sexualmente, siempre calladitas, sin agresividad dentro o cosas por las que discutir u opinar de manera ferviente. Las mujeres somos como floreros bonitos, amables esposas o amantes, acompañantes esplendorosas con las piernas infinitas y suaves como la piel de un bebé...  pues saben? Todo esto mentira. Yo cago, me tiro pedos, sudo, me huelen los pies y mi coño huele a coño y me encanta, tengo la regla y tengo dolores de regla y aún no he parido, pero estoy segura que me saldrán estrías y se me hincharan los pechos, y si no cago será porqué me he puesto una lavativa previamente...no soy una muñeca. Si no me ducho no huelo a perfume. No soy un objeto y por ello no cumplo las perspectivas de aquellas personas que me observen como tal. Lo siento. El problema no es mío. El engaño que las propias mujeres se creen debe ser señalado. Quién quiera mujeres de plástico que se las compre. Yo, des de siempre, he preferido las reales.



Fotos sacadas de la siguiente página web:  http://bit.ly/153sbgV

Esta artista ha transgredido los códigos de nuestra sociedad; porqué podemos comer viendo cuántas personas han muerto en cualquier guerra con sus cadáveres pero no somos capaces de soportar una cosa tan natural y sana como la menstruación. La muerte no nos trangrede. Pero sí la sangre que permite la vida huamana. 

miércoles, 16 de enero de 2013

Militarismo feminista...una contradicción?

Quiero dar las gracias a todas las personas feministas que escriben, que luchan, que gritan, que se visibilizan, que se indignan y que lloran impotencia.

Quiero darles las gracias porqué a veces una se harta de sentirse un bicho raro, de ser la que siempre hace ese apunte de cómo se invisibiliza a la mujer en esta historia o la otra, de cómo se usa como objeto sexual en tal o cual anuncio, del androcentrismo de algunas descripciones o de la manifiesta discriminación en otros casos. Una se harta de ser siempre la solitaria, la extraña, la pesada, la repetitiva...una se cansa de escuchar los mismos argumentos en mil bocas distintas, una se agota de tener que estar siempre al pie del cañón, siempre atenta, siempre con fuerza y ganas de rebatir, siempre a punto para la batalla, siempre acostumbrada a ser discriminada, a ser vilipendiada y dada por exagerada.

En mi habitación cuelgan los rostros de aquellas que nos precedieron, que dieron su vida y su llama para la igualdad, aquellas que lucharon para que nosotras fuéramos a la escuelas...mirarlas me ayuda a no defallecer, a seguir en pie, a continuar en lucha, a no cesar, a no empequeñecerme, a no callar.

Quiero dar las gracias a las personas que no callais, a las que luchais, a las que os indignais, a las que estais ahí, frente el fuego, mano a mano, enfrentadas al patriarcado y al sútil machismo, al inteligente antifeminismo que presenta la casa limpia hasta que, al mirar bajo la alfombra y escaparse la mierda, una se da cuenta de que todo, TODO está sucio.

Demasiadas veces nos sentiremos solas, aisladas, perdidas e impotentes. Y es necesario que recordemos que muchas voces se unirán a nosotras, que somos muchas manos que trabajamos juntas, y que aunque no nos conozcamos, cada cual, como una hormiga, realizamos por separado o colectivamente un incesante trabajo constante y cansino que tiene y tendrá sus frutos.

lunes, 14 de enero de 2013

Adopción homosexual...un pecado natural.

Ayer se manifestaron muchísimas personas en contra del derecho de las personas homosexuales a ser seres viables y normativamente aceptados socialmente en Francia. París se llenó de 800.000 personas según los y las organizadoras y 340.000 según fuentes oficiales que gritaban en contra del derecho a adoptar de estas personas porqué los niños y niñas vienen de la semillita del padre y el vientre de la madre, del rosa y el azul. Me pregunto si en una manifestación contra la violencia machista habrían acudido tantas personas, pero supongo que al fin y al cabo ya que la unión de hombre y mujer es considerada natural y el hombre es violento por naturaleza y más fuerte por constitución qué se le puede hacer.

La antropología es una disciplina a la que acudieron muchas feministas de antaño para revocar todas las justificaciones que aquí se hacían sobre la supuesta naturalidad de los carácteres y roles sociales de varones y mujeres. Françoise Héritier, en su libro "Masculino/femenino. El pensamiento de la diferencia" expone muchos y diversos ejemplos. Uno de ellos es el siguiente:

- En una comunidad africana (cuyo paradero y nombre desconozco ahora mismo y que, por ello, procederé a buscar) las mujeres que son estériles demostradas después de tiempo de estar casadas y no procrear -casadas con más de un varón, asegurándose que no es la parte masculina la que no funciona reproductivamente hablando- vuelven a su casa como hombres. Allí, se les da parte de la herencia de la familia -ya que la sucesión es masculina- y empiezan una nueva vida como hombres. Si tienen suerte podrán acumular suficientes riquezas para pagar la dote de una o más esposas con las que se casarán. Dichas esposas tratarán a esta mujer estéril -socialmente hombre- como marido. Ella tomará por sirviente a un hombre, generalmente de una etnia distinta, que le servirá para realizar todo tipo de tareas, entre las cuales se encuentra las relaciones sexuales con sus esposas. Si las esposas se quedaran embarazadas, los niños y niñas que parieran tratarían de padre a la mujer estéril, no teniendo vinculación alguna con aquél que ha aportado el esperma. Socialmente, la mujer realizaría de hermano, esposo y padre, por el simple hecho de ser estéril.

Sin embargo no es necesario ir tan lejos. La fecundación in vitro es, "claramente", una manera no natural de engendrar descendencia. Y la adopción, aunque sea de un matrimonio de estos normales y naturales, tampoco lo es. Pero parece ser que poco les importa.

Siempre me ha producido curiosidad la facilidad de estos grupos de "Esto es un desmadre, queremos padre y madre" de apelar a la naturalidad sólo cuando les interesa. Espero que no vayan al supermercado a comprar cualquiera de los envasados que allí encuentran, o lechugas que no han cultivado... y que no conduzcan coches ni vayan en metro...

"Lo único natural en el ser humano es la cultura"

http://youtu.be/B4gNUzF9Hrw